Los higos son altos en fibra y una buena fuente de varios minerales esenciales, incluyendo al magnesio, manganeso, calcio (que promueve la densidad ósea), cobre y potasio (el cual ayuda a bajar la presión sanguínea), así como vitaminas, principalmente la K y B6.
Los higos proveen cantidades sanas de fibra dietética, la cual mantiene a su sistema regulado y puede tener un efecto positivo en el manejo del peso. De acuerdo con un estudio, las frutas con el mayor contenido de fibra incluyen a las manzanas, arándanos, higos,peras y ciruelas, y hubo una reducción de un 34% del riesgo de cáncer de mama entre mujeres que consumían más fibra frutal, comparada con aquellas que comían menos.
La medicina tradicional alrededor del mundo ha hecho uso de los higos como cataplasmas en tumores, verrugas y heridas. La fruta y hojas han sido pulverizadas y se hacen gárgaras con ellas para gargantas adoloridas. Se ha descubierto que los extractos de higo e higos secos contienen ingredientes que protegen al corazón, regulan al riñón y las funciones del hígado, bajan la presión sanguínea, bajan las incidencias de degeneración macular e inhiben a algunos cánceres, específicamente cáncer de seno post menopáusico.
En algunas culturas, las hojas de higo son casi tan importantes como la fruta, no sólo por lo que le añaden a la cocina de estilo mediterráneo, sino por los beneficios únicos a la salud que ofrecen. Estos incluyen su habilidad para regular los niveles de azúcar en la sangre, dado que la investigación ha mostrado que contienen propiedades que de hecho pueden reducir la cantidad de insulina necesitada por los diabéticos.
Sin embargo, es importante consumir higos con moderación porque contienen fructosa, la cual puede ser dañina en cantidades excesivas.